La importancia de tener cierta movilidad

Lucía Casasbellas, recolectora de serenas diatribas e imágenes insólitas, contrabandista de odios, centra su ataque en un punto: el amor. El amor visto como una enfermedad, como una operación disparatada que está viciada desde el minuto cero, como una peste a la que hay que combatir. Y combatirla, de ser necesario, mediante el uso de la ciencia.

Desfila por este libro un cortejo de desahuciados: personajes que podrían perder sus cualidades en caso de enamorarse, una chica que se blinda y preserva de los desengaños dentro de una caja china, un niño enfurecido que ataca a la compañera que le enseñó los secretos del sexo despertando una siniestra venganza de la pedagoga, una psicoanalista que usa la terapia para vampirizar al paciente, alguien que emprende un pacto fáustico consistente en canjear su corazón por una colección de relojes, o un extraño experimento científico para fusionar un hombre con una flor.

El siglo XX produjo el surrealismo. Nadie, que yo sepa, lo ejercitó con tanta eficacia y riqueza como Lucía Casasbellas. Lo hace con pocas palabras, con humor, con destreza verbal, con dolor. Me atrevería a señalar que lo hace para castigar y para castigarse. Quizás para exorcizarse de tanta pasión frustrada, para sacar la cabeza por arriba de la línea de flotación y, como un terco Sísifo del amor, volver a caer.

Marcelo Gioffré

Autora: Lucía Casasbellas
Formato: 
15 cm de ancho x 21 cm de alto x 0,6 cm de grosor 
Páginas: 
108
Peso: 
170 grs.                                                                                                                                                                   ISBN: 978-987-1555-29-1


 

 


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